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La importancia de la "empatía" y la comunicación positiva

Con la celebración de la charla "Empatía y comunicación positiva", el CEPI de Alcalá de Henares, gestionado por la Fundación Iberoamérica Europa, ofreció a sus usuarios una descripción y análisis exhaustivos del concepto de empatía:

Con la celebración de la charla “Empatía y comunicación positiva”, el CEPI Hispano Rumano de Alcalá de Henares, gestionado por la Fundación Iberoamérica Europa, ofreció a sus usuarios una descripción y análisis exhaustivos del concepto de empatía: qué es, cómo se desarrolla, qué obstáculos la dificultan, qué estrategias permiten desarrollarla o cómo expresarla, fueron algunos de los interrogantes que recibieron respuesta.

Asimismo, la ponente y psicóloga del CEPI enfatizó la importancia que tienen los padres a la hora de estimular la empatía en la educación de sus hijos, algo que deben hacer desde las edades tempranas de éstos. Por ello, en el orden cronológico de su exposición, la disertante optó por definir en primer lugar en qué consiste la empatía: “la capacidad que tiene una persona para ponerse en el lugar del otro y compartir sus sentimientos”

La empatía empieza a desarrollarse en la infancia de ahí la trascendencia de que se establezca una muy buena comunicación afectiva padres-hijos desde los primeros años de vida. Los padres son los primeros profesores que enseñan a sus hijos no solamente a expresar sus propios sentimientos, sino también a descubrir y comprender los de los demás.

En cuanto a las habilidades empáticas, éstas se pueden desarrollar y potenciar aunque como bien nos explicó la conferenciante, aunque las personas que están excesivamente pendientes de sí mismas tienen más dificultades para pensar en los demás y ponerse en su lugar. En consecuencia, para el desarrollo de la empatía tendríamos que ser capaces de salir de nosotros mismos e intentar entrar en el mundo del otro.

En definitiva, la empatía es fundamental para fomentar una actitud mas humana y de comprensión, aspectos fundamentales para la sociedad actual.

La empatía puede elevar la tolerancia al dolor
Una relación médico-paciente basada en la confianza y la empatía no sólo hace que los pacientes se sientan cómodos, sino que además cambia la respuesta cerebral del paciente ante el estrés y aumenta su tolerancia al dolor, según nuevos hallazgos.

En investigaciones anteriores ya se había mostrado que los médicos que escuchan con atención tienen pacientes que se sienten más satisfechos con la atención médica recibida y que además obtienen mejores resultados para su salud. Sin embargo, más allá de la obvia circunstancia de que un médico bien informado por su paciente sobre todos los detalles de su enfermedad es más capaz de curarle que otro informado sólo a medias, nunca había estado muy claro por qué el efecto beneficioso de un contacto más amistoso entre médico y paciente parece llegar más lejos.

El estudio realizado ahora por el equipo de Issidoros Sarinopoulos, de la Universidad Estatal de Michigan, Estados Unidos, es el primero en el que se ha abordado la relación centrada en el paciente desde un punto de vista neurobiológico. "Para los médicos y otras personas que defienden este tipo de relación con el paciente es importante demostrar que existe una base biológica", recalca Sarinopoulos.

El estudio se realizó con una muestra pequeña de sólo nueve mujeres y, tal como advierte Sarinopoulos, necesitará ser repetido a mayor escala antes de que los resultados se puedan considerar firmes.
En el estudio, las pacientes participaron al azar en uno de dos tipos de entrevista con un médico antes de someterse a un escaneo mediante resonancia magnética por imágenes. En la primera clase de entrevista, centrada en la paciente, los médicos se ofrecían a contestar preguntas sobre cualquier preocupación que las participantes tuvieran sobre el procedimiento, y hacían preguntas abiertas y distendidas que permitían a las pacientes hablar libremente sobre su trabajo, su vida familiar y otros factores psicológicos y sociales que pueden influir sobre la salud. A las demás pacientes, asignadas al segundo tipo de entrevista, sólo se les hacían preguntas específicas sobre información clínica tales como su historial médico y qué medicamentos estaban tomando.

Como era de esperar, las pacientes a las que se hizo la primera clase de entrevista, dijeron tener una mayor satisfacción y confianza en su médico en un cuestionario posterior a la entrevista.

Luego, las participantes fueron colocadas en el escáner de resonancia magnética y se les aplicó una serie de descargas eléctricas leves, similares a la molestia de tener insertada la típica aguja con cánula usada en hospitales, mientras miraban una foto del médico que se les dijo que estaba supervisando el procedimiento. Los escaneos de resonancia magnética midieron la actividad en la ínsula anterior (la parte del cerebro que hace que la gente perciba el dolor) antes de las descargas eléctricas y mientras éstas eran aplicadas.

Los escaneos cerebrales revelaron que las pacientes a las que se hizo la primera clase de entrevista mostraban una menor actividad en la ínsula anterior cuando miraban una foto del médico que les entrevistó que cuando la foto era de un médico desconocido. Esas participantes también dijeron haber sentido menos dolor cuando las fotos mostraban al médico conocido.

Una brillante campaña que estimula la empatía con los enfermos de Alzheimer
Por Ariel Isaac | El Viralero – mié, 29 ene 2014

Un grupo de ayuda para los enfermos de Alzheimer de los Países Bajos puso en marcha una campaña en diciembre que ayudó a todos los que participaron a ponerse en el lugar de quienes padecen esta terrible enfermedad. ¿Cómo lograron despertar la empatía de su audiencia? Con un uso muy ingenioso de Facebook.

El primer paso fue conseguir las fotografías de usuarios de la red social entre los que se encontraban personalidades famosas e influyentes de la nación. Estas imágenes, proporcionadas por los amigos de los sujetos, fueron editadas digitalmente e insertadas en fotos de celebraciones ficticias. Muchas organizaciones cooperaron en la creación de estos eventos falsos, lo cual contribuyó al realismo de esta ingeniosa estrategia social.
Una vez completado este paso las fotos se subieron a Facebook y los rostros de los participantes fueron etiquetados mediante el sistema de reconocimiento facial del sitio. En esta red cuando alguien etiqueta una foto nuestra aparece una notificación en nuestro muro, así que imaginen la sorpresa de estos usuarios cuando se vieron en un evento al que estaban seguros no habían asistido. El texto que acompañaba la imagen era la pieza final: "¿Confundido? Ahora sabes como se siente un paciente de Alzheimer."
En este punto la persona tenía la oportunidad de envolverse en el proyecto y proporcionar una foto de algún amigo para que experimentara la misma sensación de estar desorientado que sufre un paciente de Alzheimer. De esta manera la campaña se extendió como la pólvora y llamó mucho la atención.
Durante la segunda etapa de la enfermedad el afectado olvida los acontecimientos recientes y su historia personal, y cada vez está más desconectado de la realidad así que por unos segundos los que participaron en esta iniciativa sufrieron en carne propia lo que es padecer este terrible mal.
Este tipo de campañas llaman la atención de manera original y efectiva a problemas que nos afectan a todos, además de estimular la compresión y la empatía.

TOMADO DE: https://es-us.noticias.yahoo.com/blogs/el-viralero/una-brillante-campa%C3%B1a-que-estimula-la-empat%C3%ADa-con-los-enfermos-de-alzheimer-003033098.html

El cerebro humano está "programado"         para sentir empatía hacia las personas del entorno



El cerebro humano está "programado" para sentir empatía hacia las
personas del entorno, tal y como evidencia una investigación
llevada a cabo por la Facultad de Artes y Ciencias de la Universidad de Virginia (Estados Unidos).


Este trabajo, que ha sido publicado en la revista especializada 'Social Cognitive and Affective Neuroscience', expone que este proceso se produce porque las personas "se asocian estrechamente con la gente de su alrededor", y es que una de las características más definitorias de la humanidad es "la capacidad para la empatía".
A juicio del profesor de Psicología en este centro universitario norteamericano, el doctor James Coan, la familiaridad "hace que otras personas se pongan en nuestro lugar". Así lo indica tras realizar este estudio con resonancia magnética incluida, el cual desvela que la identidad de las personas "se basa en empatizar con otras".


Para llegar a estas conclusiones, el experto y su equipo de investigadores han contado con la participación de 22 adultos jóvenes, los cuales se sometieron a resonancias magnéticas durante los experimentos realizados. Todo ello para controlar la actividad cerebral mientras se está bajo amenaza de recibir descargas eléctricas suaves para sí mismos, para un amigo o hacia un desconocido.
Tras ello, han constatado que las regiones del cerebro responsables de la respuesta a la amenaza para sí mismos, que son la ínsula anterior, el putamen y la supramarginal. Por su parte, cuando la amenaza fue hacia algún desconocido, la actividad fue "poca", señalan.

No obstante, cuando la amenaza iba dirigida hacia un amigo, la actividad cerebral fue "idéntica" a la experimentada cuando ésta fue teledirigida hacia el propio participante, sostienen. De esta forma, se demuestra la empatía en la propia identidad de la persona, zanjan.

Nuevas pistas arrojan luz sobre el misterio de la ‘empatía’ que sienten los animales

Esta semana se han conocido varios estudios científicos que muestran la capacidad que perros, elefantes y monos tienen para ponerse en la piel del otro y entender sus emociones. Músculos artificiales y la búsqueda de nuevas Tierras completan el repaso de estos siete días de ciencia.

Como le gusta decir al prestigioso neurocientífico español Rafael Yuste, el órgano más desconocido del ser humano es el cerebro. Y por supuesto, ese desconocimiento también afecta al de los animales. Pero como en el caso de las personas, cada vez más científicos se acercan a conocer cómo funciona el de monos, perros o elefantes, como ha sucedido esta semana: varios estudios han puesto el foco en el comportamiento de estos mamíferos para descubrirnos ciertas similitudes con percepciones que consideramos muy humanas. La cercanía con el otro gana puntos entre el reino animal.

  
Los perros podrían captar el estado de ánimo a partir de las voces de las personas. / Borbala Ferenczy / Current Biolog

El jueves supimos que los perros escuchan las voces de una forma muy humana, segúnpublicaron en Current Biology un grupo de investigadores húngaros. El trabajo de estos científicos, poniendo a los canes dentro de escáneres cerebrales, pretendía ver cómo reaccionan ante las voces humanas: sorprendentemente, los cerebros de los perros respondían exactamente igual que nosotros al escucharlas. Los investigadores expusieron a los perros y a humanos a los mismos estímulos auditivos —después de adiestrarles para que se mantuvieran inmóviles en el escáner, quizá el mayor reto del expertimento—, para ver cómo reaccionaban sus cerebros.

En los animales se activó la misma región cerebral que en los humanos al oír voces de personas (no palabras concretas) entre una ristra de sonidos de todo tipo; para los investigadores ya fue una sorpresa solamente el hecho de que esta misma región se manifieste en los perros. “Es la primera vez que la encontramos en un no-primate”, explica Attila Andics, que firma este estudio.

Ahí podría estar la clave por la que los perros son capaces de sintonizar con los distintos estados de ánimo de sus dueños, según este equipo. La idea que trasciende de estos resultados es que, del mismo modo que somos capaces de notar cómo se encuentra un amigo tan solo escuchando su voz, los perros tendrían desarrollada esta misma capacidad para entender a los humanos.

Del mismo modo, esta semana hemos sabido que los elefantes asiáticos son capaces de empatizar con los sentimientos de sus semejantes. Un estudio, el primero en investigar las respuestas a la angustia en elefantes asiáticos, muestra que estos animales tienen la habilidad de ponerse en el lugar de un semejante cuando le ven en apuros y hasta se ofrecen a proporcionarles consuelo cuando ven que lo están pasando mal.

Un equipo de investigadores, que reconocen que su trabajo es de por sí difícil porque deben esperar a las oportunidades que surjan de forma espontánea, estudiaron a elefantes en Sri Lanka para comprobar como se comportaban cuando veían a sus congéneres estresarse al ver pasar un perro, una serpiente o ante la presencia de otro elefante hostil. Según explica enScience el investigador Shermin de Silva, los animales se comportaron como cuando vemos una película de miedo: “Si el actor se asusta, nuestro corazón se acelera y buscamos la mano de los demás, una reacción conocida como ‘contagio emocional”.

Por ejemplo, en un caso filmado en vídeo, una hembra se asustó al oír a otro elefante barritar y corrió a buscar consuelo en otra elefanta mayor. Esta última elevó la cola y movió las orejas hacia adelante, como su compañera asustada, pero sólo tras verla hacerlo a ella. Luego, realizó pequeños chillidos conocidos como voces para calmar a la manada y frotó su tronco con el de la elefanta asustada, para finalmente colocarlo frente a su boca, en un gesto que los investigadores interpretan como un abrazo elefantino.

El último caso, en un experimento realizado en EEUU, el caso de ponerse en lugar de otro no pudo ser más literal, cuando un equipo de investigadores logró que un mono controle con su cerebro los movimientos de otro primate que estaba sedado. El logro, según publicó Materia el martes, se realizó gracias a implantes en el cerebro y la médula espinal y puede abrir nuevas vías en la investigación para tratar a personas que están paralizadas por lesiones en la médula espinal u otras dolencias.
Sin salir del reino animal, el hallazgo más peculiar de la semana es el que han realizado unos investigadores australianos: una nueva especie de marsupial en la que los machos no llegan a cumplir el año de vida por culpa de su desenfreno sexual. La pasión con que afrontan la cópula con las hembras, en maratonianas sesiones de apareamiento que duran entre 12 y 14 horas, acaba con ellos.

Los males del cerebro y músculos artificiales
En el ámbito de la biomedicina, el hallazgo más relevante procede de un centro de investigación español, el CNIO, donde han arrojado luz sobre la incompatibilidad entre cáncer y enfermedades del cerebro. Un grupo de investigadores españoles han dado con un centenar de genes que podrían explicar por qué los pacientes de alzhéimer, párkinson y esquizofrenia sufren menos tumores, un avance que podría acercar nuevos tratamientos contra estas patologías.
Esta semana, Science publicó un trabajo de la Universidad de Texas que explicaba como habían logrado producir músculos artificiales a partir de fibras sintéticas como el hilo de coser y pescar, que son más potentes que los de los humanos y que podrían aplicarse en el desarrollo de prótesis artificiales, robots humanoides y exoesqueletos, según sus creadores.

Por otro lado, un equipo de paleontólogos españoles del CENIEH publicó un artículo en PLoS ONE que ofrece nuevos interrogantes sobre el importante yacimiento georgiano de Dmanisi. El equipo de José María Bermúdez de Castro realizó un estudio de morfología comparada de las cuatro mandíbulas encontradas en Dmanisi que sugiere que se corresponde con dos especies distintas y no una sola como defendían sus descubridores.


Mirando al espacio, una de las noticias más importantes de la semana fue la decisión tomada por la Agencia Espacial Europea de dar luz verde al proyecto PLATO, cuya misión es la de encontrar planetas hermanos a la Tierra, potencialmente habitables y cercanos a nuestro sistema solar. Eso sí, el lanzamiento de este observatorio está previsto para 2024.

Sábado 10 de agosto del 2013 | 12:47
Estudio revela que la edad es determinante para conmover a un individuo. Niños, perros adultos y cachorros son vistos como vulnerables y dependientes.
Cachorros y niños despiertan casi el mismo grado de compasión. (Internet)

Las personas tienen más empatía por los perros maltratados que por los humanos adultos, según las conclusiones de un estudio que se presenta hoy en la Reunión Anual de la Asociación Sociológica Estadounidense.

“Al contrario de lo que se cree comúnmente, no es que necesariamente nos conmueva más el sufrimiento animal que el humano” explicó Jack Levin, profesor de sociología y criminología en la Universidad Northeastern y autor del estudio.

“Nuestros resultados indican una situación mucho más compleja con respecto a la edad y la especie de las víctimas, siendo la edad el componente más importante. El hecho de que las víctimas de crímenes que son humanos adultos reciban menos empatía que los niños, los cachorros y los perros adultos que son víctimas de abuso o crímenes, indica que a los perros adultos se les considera dependientes y vulnerables, tal como sus cachorros y como los niños”, dijo Levin.

LA INVESTIGACIÓN

En su estudio Levin y el coautor Arnold Arluke, otro profesor de Northeastern, consideraron las opiniones de 240 hombres y mujeres, con edades entre 18 y 25 años, en una universidad grande del nordeste del país.

Los participantes recibieron al azar uno de cuatro artículos noticiosos ficticios acerca del maltrato de un niño de un año de edad, un adulto en sus treinta años, un cachorro o un perro de seis años de edad.

Las historias eran idénticas excepto por la identificación de la víctima. Después que los participantes leyeron el artículo, los investigadores les pidieron que calificaran su grado de empatía hacia la víctima.

“La edad parece ser más relevante que la especie cuando se trata de obtener empatía. Al parecer se considera que los humanos adultos son capaces de protegerse en tanto que a los perros adultos se les ve como cachorros más grandes”, indicó Levin.

La diferencia entre la empatía por los niños y los cachorros de perro fue, estadísticamente, insignificante.

Si bien el estudio se enfocó en los humanos y los perros, Levin cree que las conclusiones serían similares en el caso de los gatos.

“Perros y gatos son mascotas de la familia”, añadió. “Son animales a los cuales muchas personas atribuyen características humanas.”

Los médicos tienen menos empatía con pacientes obesos

Una doctora atiende a un paciente en Barcelona.| Santi Cogolludo

Les preguntan lo mismo, les tratan igual, les recetan idénticos fármacos... pero a la hora de comunicarse con ellos, los médicos sienten más empatía y compenetración con los pacientes que muestran un peso normal.
Un estudio de la Universidad de Johns Hopkins (EEUU) acaba de poner de manifiesto que los galenos se sienten menos identificados con los pacientes obesos, lo que se acaba traduciendo en una peor comunicación en la consulta; tal y como acaban de demostrar en las páginas de la revista 'Obesity'.
Se trata de un trabajo pequeño, con 39 médicos que atendieron a más de 200 pacientes con la tensión elevada entre 2003 y 2005. Las conclusiones del equipo dirigido por Kimberly Gudzune, especialista en Medicina Interna, demostraron que los doctores eran menos propensos a mostrar empatía y comprensión hacia sus pacientes con sobrepeso.
Aunque en la consulta las cuestiones médicas transcurrían igual independientemente del peso del enfermo, los resultados mostraron sutiles diferencias en el terreno de la comunicación médico-paciente.
Gudzune recuerda que estas actitudes hacia los pacientes obesos pueden repercutir en una peor adherencia al tratamiento y en una menor predisposición a seguir los consejos de salud del médico (incluyendo la adopción de hábitos de vida sana o la pérdida de peso).
"Los pacientes con exceso de peso son más vulnerables a una mala comunicación con su médico", señala la especialista en una nota de prensa difundida por su hospital; "algunos médicos muestran menos respeto por ello, y esta actitud puede surgir durante su encuentro en la consulta". En cambio, añade, "si los pacientes ven a su médico como aliado, tendrán más éxito a la hora de seguir nuestros consejos. Los pacientes necesitan información y tratamientos, pero también el apoyo emocional y la atención necesarios para ayudarles a establecer hábitos saludables y pérdida de peso".

Martes 11 de marzo del 2014 | 19:50
Estudio reveló la capacidad de los primates de identificarse con los sentimientos y actitudes de otros individuos a través del “bostezo contagioso”.

Chimpancés tienen más empatía con humanos que con miembros de su especie. (mnn.com)

Los chimpancés tienen empatía con humanos tanto conocidos como desconocidos y con miembros de su manada, pero no con chimpancés de otra comunidad ni con otros primates, según un estudio publicado hoy por la Royal Society británica.

Un equipo de investigadores del Centro Nacional Yerkes de Investigación de Primates, de la Universidad Emory en Georgia (Estados Unidos), estudió la capacidad que tienen los chimpancés de identificarse con los sentimientos y actitudes de otros individuos a través de lo que se conoce como el “bostezo contagioso”.

La empatía de los humanos es “muy flexible”, según el estudio, pues la sentimos por nuestra familia y amigos, pero también por personas que no conocemos y por animales de otras especies.

Así, los primatólogos de Yerkes querían comprobar si los chimpancés, una especie cercana a los humanos, tenían capacidad para la empatía como el ser humano.

Para ello, les mostraron varios vídeos en los que salían humanos que conocían, otros que no habían visto nunca y también babuinos –una especie de monos africanos– bostezando, un estímulo que en las personas provoca una “empatía involuntaria”, es decir, otro bostezo.

Los resultados demostraron que los chimpancés imitaban el bostezo de todos los humanos y el de los chimpancés que ya conocían, pero no se contagiaron del resto, si bien sí mostraron “más interés” por los vídeos en los que salían otros primates.

Esa falta de empatía con los babuinos y chimpancés de otras manadas y el mayor interés en verles en los vídeos puede venir de “la hostilidad hacia ellos y a que son vistos como potenciales enemigos”,según el estudio.

Los científicos dedujeron que los chimpancés, al responder a los bostezos de todos los humanos conocidos y desconocidos, no necesitan conocer al emisor del estímulo para sentir empatía, pero “sí tiene que pertenecer a una especie con la que los chimpancés tengan una historia de interacción social positiva”, explicaron.
Otros mamíferos cuya empatía ha sido estudiada son los ratones, “que sólo responden al dolor de otros de su especie” o las ratas, “que sí ayudarían a otros individuos en peligro”.

“La empatía es una herramienta para elaborar una sociedad más justa”
Patricia Brunsteins trabaja desde hace varios años con este concepto a partir de una perspectiva filosófica. Aquí cuenta cómo empezó a estudiar sobre el tema y sus posibles aplicaciones en el campo de los derechos humanos.
 “¿Por qué no tuvo éxito Gran Hermano este año?”, le pregunta la periodista de Página 12 a Bernarda Llorente. Ella, que estuvo junto con Claudio Villarruel al frente de la programación de Telefe durante 10 años, contesta: “Creo que hubo un abuso del formato. A Gran Hermano hay que dejarlo descansar, el formato funciona si la gente construye empatía con los personajes, pero si se los cambiás todo el tiempo no llega a construir nada”.
Como en este caso, hay numerosos conceptos teóricos que las personas usan constantemente. Todo el mundo entiende de qué hablamos cuando hablamos de “empatía”. Sin embargo, este concepto es parte de una discusión filosófica desde hace por lo menos 150 años y, en la actualidad, es objeto de estudio de filósofos, psicoanalistas y psicólogos que se dedican a trabajar sobre esta noción.
En el Ciffyh, Patricia Brunsteins, Doctora en Filosofía, docente de la Escuela de Filosofía y directora del proyecto “La empatía desde la filosofía de la mente: un enfoque naturalizado e integral de sus aspectos cognitivos, afectivos y morales”, se dedica a estudiar este tema desde 2006, junto con un equipo de investigación actualmente compuesto por Irene Audisio, Estela Cherubini, Mariana Fernández, Patricia Morey, Ariel Olmedo y Sandra Visokolskis.

Si bien en los últimos años hubo una explosión de investigaciones interdisciplinarias en el campo de la filosofía de la psicología, la psicología cognitiva, la psicología evolucionaria y las neurociencias respecto del fenómeno de la empatía, como se desprende del título, este proyecto de investigación consiste en una elucidación teórica del concepto de empatía desde la filosofía de la mente.
- Arranquemos desde el principio. ¿Qué es la filosofía de la mente?
- Dentro de la filosofía existe un área que se llama filosofía de la mente, que es a lo que yo me dedico y no es nada tan esotérico como parece. Así como desde la filosofía de la mente hay un grupo de filósofos que se dedica a investigar la relación mente-cerebro o mente-cuerpo según los distintos enfoques, hay otro grupo que se encarga de evaluar si hay concepciones teóricas que explican cómo la gente cotidianamente le atribuye a otros, deseos, creencias o intenciones. Es decir, si veo que vos ponés una cara particular, con el ceño fruncido y una mirada dura creo por ejemplo: “Él está enojado porque antes le pasó algo”. Yo te atribuyo el enojo y sé que podés comportarte de determinada manera. Parece que las personas hacemos eso constantemente. Desde frenar en una esquina, no sólo porque nos ponen la boleta, sino porque pensamos que si seguimos andando con la luz roja, el otro auto nos va a chocar. Hay ciertas reglas y modos de comportamiento que uno más o menos entiende o puede predecir de un modo muy básico para manejarnos en nuestra vida cotidiana. Desde la filosofía de la mente hay distintas teorías para explicar esto. Se llaman estrategias de atribución mental omindreading (lectura de mente), que tampoco es una lectura de mentalista, sino alguna explicación teórica de un tipo de mecanismo que poseemos.
- ¿Cómo empezaste a trabajar con este tema?
- Yo hice mi tesis doctoral dedicándome a esas teorías o estrategias de atribución mental. Dentro de esas estrategias, hay algunas que suponen que usamos una teoría, otras que piensan que actuamos según cierto criterio de racionalidad y hay otros enfoques que dicen, por ejemplo, que yo me imagino, empatizo, me pongo en el lugar del otro y simulo ser el otro, aunque yo sé que no soy el otro. Me pongo en los zapatos del otro y sé que en su lugar haría tal y cual cosa. Estos últimos enfoques ponen más énfasis en lo emocional. Yo estudié todo eso e hice mi tesis, pero me quedó la duda sobre cómo esas teorías utilizan la noción de empatía cuando efectúan una simulación mental. Entonces empecé a investigar y me di cuenta de que hay un gran desarrollo teórico independiente de esta discusión, que por un lado viene con toda la carga de los comprensivistas del siglo 19, pero por otro lado aparece con la neurociencia social cognitiva que efectúa investigaciones empíricas para ver cómo empatizamos y si todos lo hacemos de la misma manera y con similar intensidad.

- Osea, en el proyecto el eje es la empatía y se trabaja desde la filosofía, así como otros investigadores pueden encararlo desde las neurociencias.
- Yo hice mi tesis doctoral dedicándome a esas teorías o estrategias de atribución mental. Dentro de esas estrategias, hay algunas que suponen que usamos una teoría, otras que piensan que actuamos según cierto criterio de racionalidad y hay otros enfoques que dicen, por ejemplo, que yo me imagino, empatizo, me pongo en el lugar del otro y simulo ser el otro, aunque yo sé que no soy el otro. Me pongo en los zapatos del otro y sé que en su lugar haría tal y cual cosa. Estos últimos enfoques ponen más énfasis en lo emocional. Yo estudié todo eso e hice mi tesis, pero me quedó la duda sobre cómo esas teorías utilizan la noción de empatía cuando efectúan una simulación mental. Entonces empecé a investigar y me di cuenta de que hay un gran desarrollo teórico independiente de esta discusión, que por un lado viene con toda la carga de los comprensivistas del siglo 19, pero por otro lado aparece con la neurociencia social cognitiva que efectúa investigaciones empíricas para ver cómo empatizamos y si todos lo hacemos de la misma manera y con similar intensidad.
- En el ámbito de las estrategias de atribución mental, y en las relaciones intersubjetivas (que hay muchas: está el contagio emocional, la simpatía, la toma de perspectiva), nos interesa saber qué pasa con la persona cuando empatiza con el otro. Ahí hay tres posturas dentro de la línea de la filosofía que hacemos que podría considerarse “filosofía naturalista”, en donde filosofía y ciencia estarían en un continuo. Para algunos la empatía es solamente cognitiva, para otros es sólo emotiva, y nosotros estamos trabajando una idea, que tiene bastante evidencia empírica a su favor, que es la idea de una empatía integrada, con aspectos emotivos y cognitivos. Desde esa concepción nos dedicamos a los componentes de la empatía, al concepto mismo de empatía y su diferenciación con otros y al marco epistemológico contemporáneo más adecuado para su comprensión que creemos que es la cognicion extendida.
- También la empatía es un concepto que se usa mucho en psicología ¿qué diferencia hay con el tratamiento que hacen desde la filosofía?
- La filosofía de la mente tiene una parte teórica y conceptual, pero también a veces se vincula fuertemente o se la asimila a la filosofía de la psicología. Cuando uno hace estas estrategias de atribución mental trabajan los filósofos conceptuales pero también hay psicólogos que trabajan en laboratorios y que hacen los tests para contrastar las hipótesis, en la línea de la neurociencia social cognitiva y la psicología cognitiva, entre otras.
- Ustedes no hacen tests, sino que trabajan con los conceptos…
- Lo que nosotros hacemos es intentar clarificar conceptualmente y tratar de tener una noción conceptual de empatía compatible con los resultados científicos y que cuando los científicos hablen de empatía sepan que es lo que decimos los filósofos y se traten de eliminar ambigüedades.
- Los psicólogos usarían, para trabajar un marco teórico por ejemplo, el concepto que generan ustedes para después llevar a cabo un test.
- Exactamente. Esa es la idea, pero también la mayor parte de nuestras investigaciones surge del análisis conceptual de las teorías que los psicólogos cognitivos o los neurociencistas sociales proponen. Es un ida y vuelta, o al menos, debería ser.
- Algo voy entendiendo…
- Pero para eso dividimos nuestra investigación en tres partes. Por un lado, delimitar de qué hablamos cuando hablamos de empatía: si es emotiva, si es cognitiva o si es las dos cosas. Para eso tenemos que diferenciarla de otros fenómenos, que serían los primos hermanos, como la atribución mental o mindreading. Para algunos la empatía es cognitiva y es directamente conocer los estados mentales del otro, para otros empatía es sentir lo que siente el otro. Para otros es resonancia a nivel neuronal con la activación de las neuronas espejo. Después viene el trabajo relacionado con lo que se llama motivación moral o el ámbito del desarrollo moral: nos preguntamos si la empatía es necesaria y suficiente para la moralidad, y hay otros trabajos que ligan la empatía con egoísmo y con altruismo, con el desarrollo de una sociedad más justa.
Empatía y derechos humanos
En el VII Encuentro Interdisciplinario de Ciencias Sociales y Humanas, organizado por el Centro de Investigaciones de la FFyH el año pasado, Brunsteins presentó un trabajo titulado “Empatía. Una herramienta para la construcción de una sociedad más justa”. En él, presentaba una visión de este concepto con el objeto de promover la posibilidad de que sea considerada por diversos especialistas en la difusión, instauración y mantenimiento de los derechos humanos.
Allí Brunsteins sostiene que “una noción de empatía efectivamente interdisciplinaria ayudaría a potenciar sus resultados puesto que generaría por parte de los especialistas dedicados a los derechos humanos en sus diversas funciones, un espacio teórico y práctico que podría utilizarse para incrementar la empatía en circunstancias puntuales”. Es decir, la colaboración entre investigadores y especialistas de diversas áreas sociales que trabajan en derechos humanos, “redundaría en la construcción de un modelo de sociedad más tolerante a las diferencias sociales, de género, políticas y religiosas, entre otras”.
Para esto, la filósofa muestra cómo se reflejan los diversos componentes de la empatía a través de dos ejemplos correspondientes a dos museos diferentes: la “Sala de las vidas” del Museo de la Memoria, instalado en dónde funcionaba el D2 en Córdoba capital y la escultura de “Fallen Leaves” ubicada en uno de patios del Museo Judío de Berlín.
“Todas estas cuestiones que los neurocientíficos trabajan y que los filósofos podemos pulir, nos dan una herramienta que es muy bien utilizada, por ejemplo, en museos. Mi intención era mostrar que esta construcción teórica está presente en aquellos que quieren usar, de alguna manera, la empatía para promover una idea”, explica Brunsteins.
- ¿Qué aplicaciones tiene lo que ustedes trabajan aquí?
- Una es en el campo de los derechos humanos, porque puede darse un acercamiento entre la gente que está en estos proyectos puntuales y quizás toda la descripción teórica los pueda ayudar a aprovechar más los recursos que tienen y el gran trabajo que están haciendo. Se  considera el concepto de empatía como una herramienta para elaborar una sociedad más justa y en lugares donde se pueden mostrar las faltas de respeto que ha habido. Para que haya empatía tiene que haber una relación entre dos sujetos. Si al otro lo tratás como a un objeto y no como a un sujeto se pierden las condiciones básicas de ser persona. Si es tratado como otro, como un sujeto, entonces puede haber empatía. Ese es uno de los supuestos teóricos que está detrás de todo el proyecto.
La empatía también está ligada al ámbito estético, al educativo, al evolutivo y también se trabaja la empatía con diversas especies. En filosofía se trabaja mucho conceptualmente, pero a mí gusta apoyarme en evidencia empírica que responda a esas tesis. Me parece que hacer filosofía en el siglo 21 no puede ser hacer sólo un ensayo filosófico teórico que nos reconforte y que quede sólo ahí. Como las ciencias progresan y hay mucho en elaboración y en estudio ocurre lo mismo con las teorías filosóficas, que van variando y se obtienen, creo, mejores resultados.
Por último, la empatía está conectada con las neurociencias que intentan delimitar las bases neuronales de los diversos fenómenos intersubjetivos y con el concepto de desarrollo moral. Algunos filósofos dicen que empatía y moralidad están emparentadas y otros filósofos aseguran que pueden llegar a sostener conductas contradictorias entre sí, porque si uno empatiza con el otro quizás pueda terminar ayudando a los más cercanos, a los que son más parecidos, a uno aún cuando no sea moralmente correcto en ese caso. Creo que la empatía es condición necesaria pero no suficiente para motivar moralmente. Es un elemento posible entre muchos otros para fomentar comportamientos prosociales.
Primer encuentro sobre Empatía e Intersubjetividad: Aspectos Cognitivos, Emotivos y Morales
Organizado por el proyecto que dirige Brunsteins, durante los días 12 y 13 de julio de este año se realizará el Primer encuentro sobre Empatía e Intersubjetividad: Aspectos Cognitivos, Emotivos y Morales, al que asistirán varios investigadores, docentes y estudiantes dela UNSA,la UBA, además dela UNC, que trabajan temas relacionados. “Es un encuentro de intercambio de producción científica entre la gente que está trabajando en Argentina este tema”, dice la filósofa.
Pero también, en este marco, el jueves 12 de julio, a las 10 hs, en el Aula D del Pabellón Residencial (Ciudad Universitaria) se realizará la conferencia “La empatía y la evolución de la moralidad humana”, a cargo del profesor invitado Antoni Gomila Benejam (Universitat de les Illes Balears – España-).
Contacto: investigacion-en-empatia@googlegroups.com

La empatía en los niños está predeterminada por los padres




Los pequeños son receptores activos de valores por imitación entre los tres y los ocho años de edad. La empatía viene a ser la capacidad para poder percibir el propio estado emocional de otra persona, para ponerse en el lugar del otro y llegar a sentir lo que este sujeto se encuentra sintiendo en momentos precisos.
“No obstante, gran parte de las diferencias existentes en el grado de empatía que se pueden observar en los niños, viene a estar directamente relacionada con la educación que los padres proporcionan a los hijos. Precisamente por esta cuestión principal, existen una serie de pautas o trucos que pueden ayudar a que los padres fomenten una mayor empatía en sus hijos, de tal manera que el niño pueda ser capaz de ponerse en el lugar del otro, y ser incluso mucho más humilde y sincero para con los demás”, explicó el psicólogo infantil Roberto Sánchez Ruiz.


Pautas 

Ayudar a los hijos a ser conscientes de las repercusiones provocadas por su conducta, utilizando expresiones en las que, por ejemplo, se resalte que su amigo está triste o que se siente mal pueden servirle para que vaya comenzando a conocer algo más sobre la empatía.

También transmitirle que se sabe cómo se siente y que incluso se puede y se quiere compartir sus sentimientos, esto es un paso muy importante a tener en cuenta, ya que de esta forma se le hace saber que se esta interesando sobre cómo se siente, y algo aún mejor es explicarle lo que los padres sienten de acuerdo a algunas situaciones cotidianas que le ayudaran a formar el sentimiento de la empatía por los demás.

“Se debe recordar en este punto que los niños aprenden por imitación y que todo lo que los padres hacen durante la etapa de aprendizaje de los pequeños, es decir entre los tres y los ocho años es un punto clave para formar seres con un corazón sano lleno de amor por las personas que lo rodean sin importar el estrato donde se encuentren. Cabe aclarar que la formación de estos chicos debe ser abierta y aprender a respetar las opiniones que tienen frente a diferentes situaciones”, aseguró el especialista.


Para que sirve

Tener empatía proporciona una gran riqueza tanto en conocimiento como en experiencia, al despertar la empatía se obtiene grandes cambios en cada uno pues hay comunicación y se actúa considerando a los demás.

“Las personas empáticas están mejor adaptadas emocionalmente, tienen un mayor manejo de sus emociones, son mucho más populares, más sensibles, más sociables, se relacionan mejor sentimentalmente, son más comprensivas, más generosas y mejores negociadoras. Esta característica es considerada una habilidad práctica de la inteligencia emocional, esto quiere decir que las emociones de los demás ‘resuenan” en nosotros, o sea, que podemos llegar a entender lo que sienten y por eso ellos perciben en nosotros un aliado, un apoyo, alguien que les comprende sin juzgarlos y es capaz de ver las cosas desde su punto de vista”, aseveró Sánchez Ruiz.


Como desarrollarla

Si ya se olvidó esta habilidad o no se tiene muy desarrollada, se debe comenzar por conocer y tener una autoestima sana, pues esta permitirá ponerse en los zapatos del otro.

Dar tiempo para escuchar a los demás, que quieren, que temen, que les duele, que les hace felices, a que responden mejor, hablarles de situaciones similares, o momentos en los que se sintió lo que ellos, porque sin comunicación, no hay empatía.


Enseñár a los niños a sentirla
“Los niños empáticos son menos agresivos con los demás y expresan mejor sus sentimientos, lo que genera mejor comunicación con sus padres y amigos. Existen diferentes formas de enseñarles esto y así poder que se desarrolle en ellos por ejemplo cuando ven una película es necesario detener la imagen (en un momento emotivo) y pregúntale que cree que siente el personaje en ese momento. Hacer el mismo ejercicio cuando se lee un cuento.

Si se tiene un bebé cercano (hermano, primo, hijo de vecinos), sentarse con él durante media hora cada semana o dos y pedirle que imagine que trata de comunicar el bebé cuando gesticula, alza los brazos, gime, llora, la idea es que se ponga en su lugar y comprenda las necesidades del bebe, y así muy delicadamente llévarlo a que descubra lo difícil que es comunicarse sin palabras, esto le ayudará a desarrollar ese sentimeinto de compasión”, concluyó el psicólogo infantil.


Tipos
- Cognitiva: comprende el estado interno de la otra persona.

- Emocional: logra entender al otro poniéndose en su lugar.

- Desinteresada: no busca beneficio propio.

- Interesada: surge de la conveniencia social o terapéutica, (en el psicoanálisis, en indispensable para una alianza mental).


Por: Yaqueline Hurtado Domínguez

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