Las ratas sienten
empatía
Por Juan Valencia | 9 diciembre 2011 - 11:21 pm |
Mientras que el comportamiento pro-social de los
humanos es comúnmente guiado por la preocupación empática por los demás, no
estaba claro si mamíferos no primates experimentan estados motivacionales
similares. Para probar el comportamiento pro-social motivado por empatía en
roedores, se colocó a una rata libre en una arena con un compañero atrapado en
una jaula. Después de varias sesiones, la rata libre aprendió a
intencionalmente y rápidamente liberar de la jaula al compañero.
Las ratas no abrieron jaulas vacías o que contenían
otros objetos. Liberaban a los compañeros atrapados aún cuando el contacto
social era prevenido. Cuando en una jaula se ponía a un compañero atrapado, y
en otra un chocolate, las ratas abrían ambas jaulas y típicamente compartían el
chocolate. Por lo tanto, las ratas se comportan pro-socialmente en respuesta al
problema de la compañera, lo que es fuerte evidencia de las raíces biológicas
del comportamiento de ayudar motivado empíricamente.
Para averiguar mas visite: http://www.diezcuriosidades.com/2011/12/las-ratas-sienten-empatia.html
Leer novelas de ficción es bueno para la empatía
Un
estudio estadounidense revela que las habilidades sociales se potencian en las
personas que leen ficción literaria. Los autores compararon los resultados
obtenidos para personas que leen este género con lectores de no ficción y no
lectores.
Cuando
en 2012 la escritora Louise Erdrich obtuvo el premio nacional de literatura de
EE UU por su novela The round house, no sabía que su obra estaba
contribuyendo a incrementar la empatía de
sus seguidores. Este y otros títulos novelísticos han servido a dos
investigadores estadounidenses para concluir que las lecturas de este género
ayudan a las personas a identificar mejor las emociones ajenas.
Según
el trabajo, publicado esta semana en la revista Science, este tipo
de literatura permite apreciar el mundo desde otros puntos de vista e
identificarse con los personajes, lo que afecta positivamente al desarrollo de
las habilidades sociales.
Durante
el ensayo, los investigadores dividieron a los participantes en tres grupos.
Uno de ellos recibió un texto de ficción, otro uno de no ficción y el último
ninguna lectura. Los investigadores, miembros del Nuevo Centro de Investigación
Social de Nueva York (EE UU), seleccionaron las obras según los premios que
habían recibido.
“Hemos
utilizado diferentes tipos de textos”, indica a SINC David Comer Kidd, uno de
los autores del estudio. “Seleccionamos extractos de los primeros capítulos de
algunos libros que fueron finalistas de los Premios Nacionales de Novela
o best sellers en Amazon, y algunas historias cortas de la
colección de ganadores del Premio Henry en 2012”, añade.
"La novela de ficción supone un
desafío para las convicciones de los lectores y les fuerza a penetrar en la
mente de los personajes"
Los
expertos hicieron tres pruebas posteriores, basadas en la Teoría de la Mente (TdM), que refleja el
grado en que un individuo es capaz de percibir las emociones y los pensamientos
de los demás.
Este
modelo tiene dos componentes, una parte cognitiva y otra emocional. “La TdM
cognitiva se refiere a nuestra habilidad para reconocer lo que otra gente
piensa y cree acerca del mundo que les rodea”, explica Comer. La afectiva
implica la apreciación de los sentimientos.
Calibrar
sentimientos
Dos
de los ensayos determinaron ese desarrollo cognitivo de las habilidades
sociales en los participantes. Uno es el test de los ojos de Baron-Cohen, que
consiste en pedir a los sujetos que describan las emociones de la persona cuya
mirada aparece en una fotografía. El otro es la prueba de reconocimiento de
expresiones faciales, similar a la anterior, aunque en este caso las imágenes
muestran un rostro completo.
Por
último, los investigadores utilizaron el test de Yoni, utilizado para estimar
también la capacidad de empatía emocional de los participantes, que requiere la
deducción de los pensamientos y sentimientos de un personaje mediante unas
mínimas pistas visuales y escritas.
“El
hallazgo más importante es que una simple lectura corta de ficción literaria
conlleva un incremento inmediato en los resultados de los test de la TdM”,
explica el investigador estadounidense. “Este efecto fue igual de palpable en
las personas que ya estaban familiarizadas con este tipo de textos y en
aquellas que no solían leerlos”, concluye.
Según
los autores, las personas que leen ficción literaria calibran los sentimientos
de los demás con mayor precisión en comparación con los que leen no ficción,
ficción popular, o nada en absoluto.
“Es
la literatura de ficción la que mejora el rendimiento en la TdM porque los
lectores deben implicarse totalmente en el texto”, señala Comer.
Por
el contrario, “la ciencia ficción o las novelas románticas tienden a ofrecer
personajes y situaciones establecidas, mientras que la novela de ficción supone
un desafío para las convicciones de los lectores y les fuerza a penetrar en la
mente de los personajes”, recalca.
“Vivimos rodeados de ficción en los
libros, la televisión y en las películas; pero sabemos muy poco acera de cómo
nos afecta psicológicamente”
Desde
la infancia
El
trabajo pone de manifiesto el valor de la ficción literaria a la sociedad y
recalca sus implicaciones en los debates sobre la necesidad de las humanidades
y las artes en las escuelas.
Jordi
Solbes, investigador y profesor en el departamento de Didáctica de las Ciencias
Experimentales y Sociales de la Universidad de Valencia, se muestra de acuerdo
con estos autores. “Lo que se debería fomentar es el gusto por la lectura”,
indica el experto.
“Como
todo, empieza en la infancia, en casa y en la escuela”, recalca Solbes. “Los
niños nos tienen que ver leer en casa, hay que leerles cuentos por la noche,
escucharles leer cuando sepan hacerlo, guiarles en la lectura”, añade.
Los
científicos indican que las conclusiones del trabajo pueden servir para tomar
mejores decisiones acerca del grado en el que se apoya la literatura, y, de una
manera más amplia, el arte. “Vivimos rodeados de ficción en los libros, la
televisión y en las películas; pero sabemos muy poco acera de cómo nos afecta
psicológicamente”, destaca Comer.
“Esta
investigación será de gran interés para la psicología y para aquellos
interesados en conocer cómo la cultura afecta a las personas”, concluye el
estadounidense.
Entre
sus próximos proyectos se encuentra el estudio de los efectos a largo plazo de
una exposición crónica a la ficción literaria.
Referencia
bibliográfica:
David Comer Kidd y Emanuele Castano.
"Reading Literary Fiction Improves Theory of Mind". Science,
3 de octubre de 2013.
Demuestran que la empatía del médico mejora la salud
de sus pacientes
Investigadores de la Universidad Thomas Jefferson,
en Estados Unidos, han demostrado y cuantificado cómo la empatía de los médicos
puede mejorar los resultados clínicos de sus pacientes, sugiriendo que la
capacidad de un facultativo para ponerse en el lugar del enfermo es un
importante factor asociado con su competencia. Los resultados se publican este
mes en 'Academic Medicine'.
Durante mucho tiempo se ha pensado que la calidad de
la relación médico-paciente es esencial para conseguir resultados positivos en
un tratamiento. Sin embargo, esta es la primera vez que los datos confirman
esta creencia. Según Mohammadreza Hojat, profesor del Departamento de Psiquiatría
y Conducta Humana de la citada universidad, "el objetivo de este estudio
era proporcionar un fundamento científico basado en la evidencia para el
estudio de la empatía como un factor clínico importante para la mejora de los
pacientes". "Nuestros resultados demuestran --dice-- que los médicos
más empáticos tienen mejores resultados clínicos que los facultativos con una
empatía menor". Un total de 891 diabéticos participaron en este estudio.
Estos pacientes fueron tratados entre julio de 2006 y junio de 2009 por 29
médicos en el Departamento de Medicina Familiar y Comunitaria del Hospital
Universitario Thomas Jefferson. Estos investigadores utilizaron la Escala de
Empatía Jefferson (JSE, por sus siglas en inglés), desarrollada en 2001 como un
instrumento para medir la empatía en el contexto de la educación médica y el
cuidado del paciente. Este instrumento se basa en la definición de empatía en
el contexto del cuidado del paciente, entendiéndola como comprensión e
intención de prestar ayuda. La escala incluye 20 preguntas a contestar en una
Escala Likert de siete puntos, en la que se valora como 'muy de acuerdo' el 7 y
como 'muy en desacuerdo' el número 1. Para medir el impacto de la empatía de un
médico sobre el tratamiento de sus pacientes diabéticos, los investigadores
utilizaron el test de hemoglobina A1c, que valora el adecuado control de la
glucosa en función de los estándares nacionales. También valoraron los niveles
de colesterol de estos pacientes. Demostraron que la probabilidad de conseguir
un buen control era significativamente mayor en los pacientes cuyos médicos
presentaban los mayores niveles de empatía que en aquellos con las puntuaciones
más bajas. Por el contrario, la probabilidad de obtener un peor control era
menor en los pacientes con médicos que demostraban los mejores niveles de
empatía que en aquellos con médicos menos empáticos. Lo mismo ocurrió con los
niveles de colesterol, lo que lleva a la conclusión de que la empatía
contribuye a la satisfacción del paciente, a elevar su confianza en el médico y
mejorar su actitud, lo que optimiza los resultados del tratamiento. Según
Hojat, "estos descubrimientos, si se confirman en una investigación a
mayor escala, sugieren que la empatía debería ser contemplada como un
componente esencial de la competencia de un médico". "Este estudio
respalda las recomendaciones de profesionales como los de la Association of
American Medical Colleges o la American Board of Internal Medicine, que
subrayan la importancia de valorar y mejorar las habilidades empáticas en la
formación del médico", concluye.
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