AVANCES CIENTIFICOS

La indiferencia masculina marca la diferencia en la empatía
Investigadores de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) han descubierto que la mayor presencia de impasibilidad en los varones podría explicar la diferencia en la empatía con el género femenino.

Según la UNED, numerosos estudios han demostrado que las mujeres experimentan mayores niveles de empatía que los hombres. Por primera vez, investigadores de dicha universidad han analizado si estas diferencias responden a que ambos tengan un modelo mental diferente para desarrollar esta capacidad.

"Los análisis muestran que la estructura de los factores psicológicos que componen la empatía resulta idéntica en ambos géneros, es decir, hombres y mujeres entienden la empatía de manera semejante", explica Begoña Delgado, investigadora de Psicología Evolutiva y de la Educación de la UNED y una de las autoras del trabajo.

No obstante, precisa que "seguimos encontrando que ellas siguen siendo mucho más sensibles a manifestar esta experiencia". De esta forma, el estudio revela que las mujeres muestran mayores niveles en todos los rasgos que componen la empatía salvo en la impasibilidad.

El trabajo, publicado en la revista 'Child Psychiatry & Human Development', se llevó a cabo en 721 adolescentes españoles, de entre 9 y 16 años, de colegios públicos y concertados de la Comunidad de Madrid.

A todos ellos se les aplicó la herramienta más utilizada para medir la empatía, el Interpersonal Reactivity Index, que evalúa tanto sus aspectos mentales -entender cuál es el punto de vista del otro- como emocionales -la capacidad de sentir lo que experimenta la otra persona-.

"La impasibilidad es el único factor de primer orden capaz de discriminar entre hombres y mujeres", añade Delgado. Así, este rasgo es mucho más informativo sobre el género de la persona evaluada que la información que se pueda recabar sobre cualquiera de los factores positivos que componen la empatía, como son la empatía virtual, intelectual, emocional positiva y emocional desorganizada.

DE LA FALTA DE EMPATÍA AL ACOSO ESCOLAR

Este papel de la impasibilidad podría suponer que las diferencias de género en cuanto a empatía se deban más a la posibilidad de inhibir los factores que la desencadenan -y que hacen a la persona ser más indiferente- que a los factores que permiten experimentarla.

En el origen de la inhibición estaría tanto el tipo de educación que reciben niños y niñas como diferencias relacionadas con el funcionamiento endocrino y neurológico de ambos, entre los que se incluye el temperamento.

"El resultado puede estar muy relacionado con los mayores niveles de conductas antisociales y agresivas que se dan en los varones y que son incompatibles con la empatía", sugiere la investigadora de la UNED.

Un ejemplo son los episodios de acoso escolar ('bullying'), que se producen cuando no existe empatía. "Si el otro no te importa lo utilizas en tu propio beneficio o para divertirte", indica Victoria del Barrio, investigadora de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la UNED y otra de las autoras del estudio.

En vista de estos resultados, los investigadores proponen que se preste especial atención a conductas en niños que puedan alertar sobre niveles excesivos de impasibilidad. (SERVIMEDIA)


Sociedad Empática


“Los biólogos y los neurocientíficos cognitivos están descubriendo neuronas espejo, las así llamadas neuronas empáticas, que les permiten a los seres humanos y otras especies sentir y experimentar la situación de los demás como si fuera propia. Nosotros somos -según parece- los más sociales de los animales y buscamos participación íntima y… compañerismo con nuestros semejantes. Al extender el sistema nervioso central de cada individuo y de la sociedad en su conjunto, las revoluciones en la comunicación nos proporcionan un campo de juego cada vez más inclusivo para que la empatía madure y expanda la conciencia. Por ejemplo, durante el período de las grandes civilizaciones de agricultura hidráulica caracterizadas por la escritura y la conciencia teológica, la sensibilidad empática se amplió pasando de los lazos tribales de sangre, a lazos de asociación basados en la filiación religiosa común. Los judíos llegaron a tener empatía con judíos, los cristianos con los cristianos, los musulmanes con los musulmanes, etc. En la primera revolución industrial caracterizada por la conciencia impresa e ideológica, la sensibilidad empática se extendió a las fronteras nacionales, y de esta manera los estadounidenses tuvieron empatía con los estadounidenses, los alemanes con alemanes, los japoneses y con japoneses y así sucesivamente. En la segunda revolución industrial, caracterizada por las comunicaciones electrónicas y la conciencia psicológica, los individuos empezaron a identificarse con otros de ideas afines. Hoy en día, estamos en la cúspide de otra convergencia histórica de energía y de comunicación, la tercera revolución industrial, que podría extender la sensibilidad empática a la propia biosfera y a toda la vida sobre la Tierra”.
Jeremy Rifkin
Fuente: Neceisto de todos.



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